martes, 24 de junio de 2008

Acupresión Conciente


Puntos importantes a tomar en cuenta para realizar una acupresión efectiva:

Al principio del entrenamiento, se debe aprender a controlar la fuerza con la que se penetra, preguntandole al paciente sobre la presión (si molesta, duele o incomoda) para después poco a poco aprender la cantidad de presión necesaria de acuerdo a la tensión del músculo trabajado.

El terapeuta debe de familiarizarse con los diferentes músculos para adecuar su masaje de acuerdo a la zona que esté tratando. Cada músculo tiene una consistencia diferente, por lo cual requiere una presión distinta. Por ejemplo, la fuerza y profundidad necesarias para trabajar los isquiotibiales es distinta al tipo de presión necesaria para trabajar los gemelos. Incluso músculos muy cercanos requieren de fuerzas distintas (esternocleidomastoideo-escalenos, trapecio-infraespinoso, etc).

En los primero meses de práctica, se suelen tener las manos muy rígidas al trabajar; es ideal que la mano que presiona esté relajada. Esto es algo que sin embargo no se puede aprender en clase, sino que se da con la práctica. Una mano tensa genera una presión rígida, la cual impide la penetración necesaria para relajar el músculo. (Entre más fuerza rígida se aplique, más resistirá el músculo del paciente a ser penetrado).

En todo momento el masajista debe de estar activamente atento al cuerpo que está tocando; de este manera la sensibilidad se irá desarrollando poco a poco. (Es decir, tener la mente en el paciente, no en otro lado).

Una vez que se obtiene la suavidad y relajación de la mano cuando se trabaja, la sensibilidad está suficientemente desarollada y se conocen bien los músculos, entonces es posible realizar una presión que no requiere mucha fuerza ni mucha penetracion, la cual, sin embargo, permite relajar los músculos en un grado profundo. Para realizar esta presión basta (cuando se tienen los puntos anteriores suficientemente desarrollados) presionar suavemente el músculo, y entonces, despues de una pequeña pausa, éste empezará a ceder a nuestra presión ( en este punto notaremos que nuestro dedo empieza a moverse en alguna dirección). Es necesario ser suficientemente sensibles para seguir la ruta de relajación de las fibras músuclares. Si al principio el músculo no cede, no hay que forzarlo, sino buscar otro lugar de presión (en el mismo músuclo). Una vez que se obtiene este tipo de hablidad, nuestro trabajo se vuelve mucho más eficiente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola
Muy interesante el articulo
Soy Pediatra neonatologo y necesito contactar urgente a Adrian Garcia
Podra alguien darme su celular o su correo electronico
Gracias
Dr David Nobigrot